HISTORIA DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD

Hemos sido llamadas a servir a Jesucristo en la persona de los pobres y marginados en espíritu de humildad, sencillez y caridad. Motivadas por el amor de Cristo y fortalecidas por una profunda vida de oración, vivimos en comunidad, apoyándonos en nuestra misión común de servicio.

Además de los votos de pobreza, castidad y obediencia hacemos un voto especial de servicio de los pobres. Estos votos son ‘no-religiosos’, anuales y siempre renovables. La Iglesia nos reconoce como Sociedad de Vida Apostólica.

VICENTE DE PAUL … CONMOVIDO POR LA POBREZA Y EL SUFRIMIENTO

Profundamente conmovido por la pobreza y el sufrimiento que le rodeaba en el París del siglo XVII, Vicente de Paúl comenzó con gran amor, de una manera sencilla, la ayuda a los necesitados logró la ayuda de las Damas, pero pronto se apercibió que la caridad necesitaba ser organizada. En diciembre de 1617, comenzó la Asociación de las Damas de la Caridad.

Una sencilla joven campesina, Margarita Naseau, se ofreció a Vicente para dedicar su vida al servicio de los pobres.

Su ejemplo fue contagioso… De este modo nació la Compañía de las Hijas de la Caridad. Margarita murió contagiada de la peste después de acoger en su cama a una pobre enferma.

Luisa de Marillac y las Primeras Hijas de la Caridad

Vicente confió la formación de estas jóvenes a su colaboradora Luisa de Marillac y el 29 de Noviembre de 1633 comenzaron, bajo su guía, a vivir su ideal en comunidad.

Las Hijas de la Caridad eran distintas de los otros grupos religiosos de aquel tiempo. Las primeras Hermanas iban y venían por las calles de París y cuidaban a los pobres enfermos en sus casas. Después, sirvieron en los hospitales, escuelas y casas para niños expósitos. Pronto comenzaron el cuidado de los galeotes, los soldados heridos, los ancianos y los aquejados de alguna enfermedad psíquica. De hecho cualquier persona en necesidad era objeto de sus cuidados.

Llegó a ser una Comunidad Mundial

Durante este sencillo comienzo en París se desarrolló ya su espíritu misionero y fueron a establecerse en un hospital en Polonia; el primer paso en su camino hasta llegar a ser una Comunidad extendida por todo el mundo, que busca ayudar a los más necesitados del amor de Dios.

Las Hijas de la Caridad dedican su vida a la atención a los más olvidados: enfermos y a todas las personas con carencias en todo el mundo. Realizan su servicio en un amplio campo de trabajo humanitario y de asistencia social a la vez que trabajan por la justicia, la paz y la solidaridad.

Algunos de los servicios en que actualmente estamos comprometidas son atención a:

  • Personas Sin techo

  • Personas mayores

  • La educación y trabajo con los jóvenes

  • Los enfermos

  • Los niños

  • La Promoción de la mujer

  • Personas con problemas de adición

  • Prisioneros y sus familias

  • Migrantes

  • Personas con alguna discapacidad